¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, levántate y escucha las campanas, levántate, por ti se ha izado la bandera, por ti vibra el clarín, para ti ramilletes y guirnaldas con cintas, para ti multitudes en las playas... (Walt Whitman)

lunes, 12 de diciembre de 2016

Despedida del Capitán

Cuando uno pertenece a un proyecto, sobre todo si se está involucrado en su totalidad, ocurre como cuando respiramos:  no somos conscientes del aire que respiramos. Hace falta un ejercicio de consciencia (la meditación es la referencia) para mirar desde fuera y vernos allí, buceando sobre un agua que no reconocemos del todo o de un aire que respiramos sin consciencia permanente.
En mi caso, los proyectos en los que suelo involucrarme, me separan del valor pragmático que puedan tener. Por ejemplo: he tocado como guitarrista de El Capitán Ad Hoc, sin ser del todo consciente  del valor que aquello pudiera tener. Tampoco somos los Rollings, claro. El feddback que uno recibe muchas veces es pobre, mejor, limitado a un grupo de amigos, de colegas, de gente afín  al propio proyecto o a ideologías cercanas, que, en el caso del rocanrol son tan sencillas como entrañables. La sorpresa llega cuando sales del proyecto y este es el caso.

(Viernes. Zaragoza. Noche de frío y con la niebla inundando  el cerebro (incluso el reptiliano). Concierto Homenaje a John Lennon: Nowhere Beat y Treapudles)

La dueña del local nos advierte rigurosamente de la imposibilidad de permanecer en el camerino, razón por la cual entramos inmediatamente (primera regla transgresora del rocanrol). Antes me ha puesto un sello de tinta tóxica, seguramente, en la mano. Me pregunto qué pasaría si yo le dejara marcados mis morros sobre sus morros, a fín de cuentas...Los amigos de los Nowhere me presentan a los Treapudles y he aquí la sorpresa.
- ¡Hombre, El Capitán Ad Hoc!
Y claro, yo no doy crédito a lo que escucho. Abrazos.Sonrisas de alegría. Me encanta lo que haces, y después...admiraciones varias y amigos compartidos.Genial. Resulta que, como guitarrista en un proyecto en el que no veo el agua en la que buceo, tengo vida más allá de lo inmediato, un palmo más allá de mis narices (y ¿si le pongo a la jefa el sello de tinta tóxica en las narices?). No digo proyección internacional ( Leciñena, de donde son los grandiosos Treapudles, queda bastante cerca) pero al menos proyección regional, local,bueno... al menos en aquel local. Ahora, justo ahora que he dejado el grupo, que ya no pertenezco como guitarrista a El Capitán Ad Hoc y que tendré que buscarme la vida por otros lados.
La lección es la siguiente: cuando Gilmour, o Jagger o Jimmy Page incluso, abandonan sus grupos de referencia empiezan a perder valor, dejan de ser, digamos, objetos de culto, desaparecen del mito colectivo del rocanrol. Conclusión: si yo soy conocido ahora y nunca antes, nadie, hizo referencia alguna a mi impresionante trabajo (bueno así del todo no lo han dicho) solo puede significar que yo nunca he sido parte del mito, ni de las lentejuelas, ni del rocanrol, ni de nada, así que, mi desaparición del grupo, mi despedida definitiva, solo podrá traerme bienaventuranzas, al contrario que a Gilmore o Page, y lo del viernes es solo un anticipo.
Salvando las falacias anticientíficas en las que he incurrido (privilegio de autor -bueno, en espera de que alguien me pida compartirlo-) lo demás sirve para dos cosas, a saber: que los Nowhere y Treadpudles, son de lo mejor en el territorio Beatles y para demostrarme que, estando de espectador, a varios metros del escenario, se puede estar en armonía con el cosmos y encima no tengo que cargar equipos. Ah, y  para anunciar mi despedida del grupo que creé, Er Querido Capitánnnnn.



ayer
(Seguro que ahora me dejan tocar la armónica, ya veremos).


ahora


Antes de ayer


                                                                             

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